sábado, 21 de octubre de 2017

ARGENTINA, 10° lugar en cantidad de católico en el mundo. (AICA) Alicia DeSaTorres reflexiona. Integra Ceb. JeanDumont Buenos Aires.

Querida Alicia;  un dicho  muy común dice ; "estaba cantado"..!!!..no esperaba menos de tí,  acá  nosotros  en ese ranking  ni figuramos, (menos mal)  pero los vernáculos compatriotas contabilizan de la forma que tú muy bien describes;    las veces que entramos a la estación de servicio,   bautismo, primera, segunda y última comunión,  casamiento  y extremaunción,  fuiste católico apostólico romano, póngale el sello contabilizado..!!!  Un hermano de comunidad siempre dice;  "hay que barajar y dar de nuevo.."  porque gracias a Dios  con los millones de católicos que  se contabilizan pasan desapercibidos los pocos  CRISTIANOS  auténticos, quizá así sea el pensar de Dios y no de los hombres...?   
Seguidamente la reflexión de Alicia.

  Queridos hermanos:
Recojo el guante respecto al comentario sobre la posición de mi país entre los 10 primeros del mundo por la cantidad de católicos. De todos modos, no lo tomo como un atrevimiento sino que, como argentina, me siento interpelada.


Es muy cierto que hay una incongruencia entre el porcentaje de católicos y los bajos índices de calidad de vida de gran parte de la población. Pero eso ocurre por una falsa interpretación de los datos.


Para explicarlo planteo una simple pregunta: ¿Qué significa ser católico?...


¿Basta ser bautizado? ¿Haber recibido la comunión? ¿Haber contraído matrimonio religioso? ¿Asistir a misa? ¿Llevar la estampita de algún santo en la billetera, una cruz o una medalla de la Virgen colgada al cuello? ¿Rezar alguna vez o santiguarse al pasar frente a una iglesia? ¿Armar el pesebre en Navidad y no comer carne en Semana Santa?...


Pues, queridos hermanos, lamento decirles que para tener el privilegio de estar en el “Top Ten” de los países católicos basta contabilizar la cantidad de bautizados… Ni siquiera cumplir alguno de los otros requisitos mencionados (Más allá de que sepamos que todos ellos juntos son absolutamente insuficientes para ser discípulo de Jesús).


Puedo agregar algo más: conozco infinidad de ateos o agnósticos que bautizan a sus hijos… por las dudas… por tradición… o porque su cónyuge así lo desea. Otros que contraen matrimonio religioso sólo para tener ocasión de hacer una espléndida fiesta (con atuendo incluido que, dados los motivos, no pasa de ser un disfraz). Otros atribuyen a la estampita poderes casi mágicos, que no están muy lejos de los que podría cumplir cualquier amuleto. Y hay algunos para quienes el resto de las prácticas mencionadas son simples rituales, producto de la costumbre, que a veces adquieren dimensiones grotescas cuando se celebra, por ejemplo, el nacimiento de Jesús reemplazándolo por Papá Noel, o cuando se cree estar en santidad con un simple ayuno, mientras se ignora el significado de la Pascua.


Y todas esas personas, queridos amigos, mal que nos pese, son consideradas católicas por el hecho de haber sido bautizadas. Algunas, incluso, reniegan de la religión que le adjudicaron sus padres en la más tierna infancia pero, al no haber apostatado, figuran como tales en los archivos eclesiales. Aunque por otro lado formen parte o apoyen gobiernos corruptos, reivindiquen golpes de Estado, tengan actitudes xenófobas o exploten a su empleados, mientras acallan su conciencia colaborando con alguna institución benéfica… Se trata, por lo tanto, de una pertenencia que no es real, sino meramente estadística. 

Me parece que eso explica los números que muestran a mi país con altos porcentajes de católicos, mientras la riqueza se acumula en manos de unos pocos y la desigualdad se profundiza. 


Abrazos fraternos. Alicia 

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