miércoles, 18 de enero de 2017

Del BOLETÍN SALESIANO, autor Adrián GARCÍA . "ESTÁ TRONANDO el AGUA viene manando"...

   Recuerdo de niño asustarme con las tormentas eléctricas.   Niño del campo observaba que hasta los animales parecen anunciar lo que se viene;  los alguaciles como helicópteros sin dirección, anuncian vientos fuertes, las hormigas coloradas invaden el piso,  las arañas se asoman por los rincones,  los perros disparan  pa´ los galpones, un presagio de lo que se viene…
  En tiempos de sequía se arman tormentas y nada pasa, recuerdo  a cada flash del relámpago le seguía un tremendo temblor ruidoso,  yo cerraba los ojos y al abrirlos me encontraba con la  sorpresa  del rostro encendido de mamá.  Perplejo por esta reacción desmedida a mi entender, escuchaba siempre esta frase;  “ Adrián,  está tronando, reventaron las vertientes,  el  agua  viene manando!!!   Mamá superaba el miedo al  ruido  del tronar,  al viento enfurecido sabiendo  de la necesidad y esperanza que lloviera, sabía además que la estampida de los truenos hacía temblar las rocas interiores del pozo, dejando manar  agua,  algo turbia, pero agua al fin.   Al principio como yo no podía verlo no lo creía.  Pero varias veces al pasar la tormenta corría hacia el brocal del pozo y allá  abajo venía subiendo despacito el agua, como mamá lo había anunciado.

  Varias veces en la vida atravesamos por estas tormentas, algunas anunciadas y otras que nos topamos inesperadamente.  Situaciones límites no deseadas.   Decepciones con los demás o con nosotros mismos.    Tiempos en que los problemas parecen anudarse unos  a otros  formando una tempestad,  no sabiendo donde resguardarnos.   Angustias del  alma que parecen interminables.  Etapas de cansancio y estrés, por lo cual decimos; “cuando pasará esto? “ esperamos un nuevo año  con la ilusión mágica de que mejore.  Momentos en que todo lo que gira ante nosotros es signo de desesperanza, sin ver donde la calma..!
  Seguro nos pasó algo similar.  Luego de atravesar tus tormentas, te asomaste al brocal de tu corazón con mirada nueva, descubriendo que el temor se transformaba en esperanza, encontrándole un sentido nuevo a las situaciones inciertas.   Pasó Navidad, nos encontró cansado, desanimado, insatisfecho,  hemos tenido algún tiempo para reflexionar…no será una oportunidad para darle tiempo al tiempo?     Pasar  en medio de la tormenta con la sonrisa llena de esperanza de Jesús, quién reventó de amor por todos, por ti, por mí en la oscuridad de la cruz,  y  al  resucitar  nos hizo renacer por el agua que siempre está manando, llenando nuestro interior de confianza,  de una sabiduría sencilla, que nos hace decir con tranquilidad  “ Está tronando, pero en el fondo algo nuevo, bueno y mejor está viniendo” .

    El agua no tiene sentido de ser si no  cumple su cometido: generar   más  vida.     Compartamos la riqueza de  Dios que hay en cada uno de nosotros y experimentemos la  alegría de haber visto  también nacer al niño en los demás……Adrian

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