lunes, 16 de mayo de 2016

TRAPITOS AL SOL !! EL PAPA FRANCISCO INCOMODA.-



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El juicio que se está celebrando en el Vaticano, conocido como Vatileaks II, sobre el robo y publicación de documentos reservados, ha celebrado esta mañana una nueva audiencia. Antes de dar comienzo a los interrogatorios de los nuevos testigos citados hoy, el presidente del tribunal ha leído una disposición en la que han determinado que no tendrá lugar la audiencia con tres testigos que habían sido solicitados por la defensa de Francesca Chaoqui. Se trata del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado; el cardenal Santos Abril y Castelló, arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor y monseñor Krajewski, limosnero pontificio.
Los tres se amparan en el artículo 248 inciso 2 del Código procesal Penal de la Santa Sede, en el que se indica que “oficiales públicos no deben ser obligados a declarar sobre los asuntos de trabajo, salvo en casos donde lo obliga expresamente la autoridad pública”.
Por su parte, el Secretario de Estado envió una declaración en la que indica que siente “el deber de especificar que no tengo nada de decir sobre la relación entre Francesca Chaouqui y monseñor Lucio Vallejo Balda”.

En la audiencia de esta mañana estaban presentes solo tres de los cinco imputados: monseñor Lucio Vallejo Balda, Francesca Chaouqui –secretario y miembro respectivamente de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA)–, y Nicola Maio. Ausentes los dos periodistas italianos: Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi.
Hoy han sido interrogados tres testigos: el obispo auxiliar de Roma, monseñor Augusto Paolo Lojudice; el responsable de los servicios informáticos de la Prefectura de Asuntos Vaticanos, Roberto Minotti y el jefe de oficina de la Prefectura, monseñor Alfredo Abbondi.
Monseñor Abbondi ha asegurado hoy durante su interrogatorio que no tuvo nada que ver “con el grupo mafioso” de los imputados, respondiendo a una pregunta del presidente del tribunal. Asimismo ha precisado que Francesca estaba convencida de que en las oficinas de la Prefectura de Asuntos Económicos habían colocado micrófonos. Hasta el punto que una vez ella llegó a la Prefectura con un técnico que con un aparato confirmó la presencia de estos supuestos micrófonos. 
El sacerdote ha respondido a las preguntas durante casi cinco horas, en las que ha explicado también que Francesca aseguraba, y así lo creía también monseñor Vallejo, su pertenencia a los servicios secretos italianos. También ha hecho referencia a la carta que mandó a Benedicto XVI en la que se lamentaba del mal funcionamiento de la prefectura y que acabó publicada en el primer libro de Nuzzi.
Por eso monseñor Abbondi ha aseverado que desde entonces ha sido poco tenido en consideración en el trabajo, y que se sentía víctimas de las acusaciones de compañeros, incluso hasta el punto de recibir amenazas. Queda de este modo constancia, una vez más, tal y como hicieron otros testigos trabajadores de la Prefectura en sus interrogatorios, del ambiente tenso y hostil con el que se trabaja en esta oficina.
El juicio ya tiene fijadas las audiencia para el próximo lunes y martes. De este modo, está previsto que la semana que viene terminen los interrogatorios a los testigos. Aún deben declarar ante el juez dos gendarmes y los peritos informáticos.
 

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