miércoles, 16 de julio de 2014

Dgo. XVI. Tpo. Ordinario. LAS PEQUEÑAS SEMILLAS. Comenta ATILANO ALAIZ.-



Dgo 16 Tpo. Ordinario   LAS PEQUEÑAS SEMILLAS.-

           Versión libre autorizada del comentario de ATILANO ALAIZ.-

….”Basta contemplar nuestro entorno, para sentir un estado de impotencia que desanima!!  La tentación inmediata es pasarle el fardo al estado, total lo poco que puedo hacer ante tanto problema!!    Pero que nos dice Jesús?.-    JESÚS  nos incita a sembrar pequeñas semillas que Él ha puesto en nuestra mochila;  con la vitalidad que llevan dentro se convertirán en arbustos fecundos para el Reino
EL GRAN MILAGRO.-

     ¿Qué podemos hacer que merezca la pena y sea fecundo?  Pues,  muchísimo ¡!
Podemos hacer el milagro de ser nosotros mismos, una semilla que se sepulta debajo de la tierra por la entrega y el servicio a los demás; podemos hacer el milagro de ser “buenos” de verdad(no solo no- “malos”) podemos hacer el milagro de  amar….!! Un vecino de mi pueblo en Galicia, le conocí mejor en mis años de seminario y cuya causa de  beatificación se encuentra muy avanzada,  no hizo grandes heroicidades, cuidó su campo de patatas, construyó un pequeño albergue para los pobres, oró mucho, fue un gran padre de familia, un buen esposo y mejor vecino,  un “héroe de portal”    ¡ Qué frutos han producido aquellas pequeñas semillas como un grano de mostaza!!
     JESÚS, comienza su obra , el pueblo de la Nueva Alianza, con un puñado de pescadores.  La primer comunidad de Jerusalén por los mas humildes de la sociedad judía; lo mismo sucede luego con las comunidades de Pablo,   pero aquellos diminutos granos de mostaza se convirtieron pronto en árboles copudos.
    Los gestos que nos pide Jesús no son heroicos, sino pequeños y constantes, colaborar en organizaciones humanitarias, integrar una comunidad que forme un entramado eclesial real, sincero, acogedor, desinteresado, contagioso, con gestos de cordialidad para quién lo necesite, compañía con quién se sienta sola/o, una palabra de estímulo, un llamado telefónico, una visita sin protocolos,….todas semillas del Reino que a la larga dan muchos frutos ¿ Quién de nosotros no puede sembrar muchas de estas pequeñas semillas???        Dejémonos de soñar con lo que tendría que ser!!   SEMBREMOS   de verdad con las semillas que tenemos, no soñemos con las de los otros,  sembremos las semillas del Evangelio en conversaciones con amigos, con familiares, con personas con las que a diario convivimos, una palabra cordial, de aliento de corrección, de sugerencia que pueda orientar o reorientar una vida.    Cuando una siembra es constante, refleja un talante, un estilo de vida que se convierte en testimonio,  sembremos con esperanza, aunque tal vez nos de la sensación de que estamos predicando en el desierto,  cuando  menos pensamos, cuaja la semilla y florece.     Mónica la madre de San Agustín  el hijo rebelde tardó años en ver su cosecha.

      Todos llevamos un saco, una bolsa de pequeñas semillas, inconscientes de la espléndida cosecha que podemos dar. Por eso, como PEDRO, con respecto a las redes, hemos de decir:  “ EN TU NOMBRE, SEÑOR, ARROJAREMOS LAS SEMILLAS” (Lc5,5) 
     (Versión libre autorizada, realizada por  Eduardo Bernadá)

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